Seven, estaba sola en su casa. Vive en el campo, decidió invitar a un viejo amigo, que conoció hacía ya mucho tiempo, en uno de sus viajes a España. Antes de que su amigo apodado ‘’Aven’’ llegase encendió el gas y se metió en la ducha.
Seven era conocida por su don llamado ‘’ Luz blanca’’ un viejo poder que tenía a saber qué Dios, de qué mitología, pero lo único que sabía de ese misterioso poder que posee entre sus blancas manos. No podía envejecer nunca, había nacido el cinco de mayo de 1555 y si nacías en una trinidad de cinco, estabas marcado para toda la eternidad con el poder de ‘’La luz blanca’’ por una parte se alegraba, por otra se arrepentía al poseerlo. No podría tener pareja nunca, no podría tener hijos nunca, marcada por una alargada sombra de color blanco…
-¿Dónde está el jodido champú? Suena el móvil a lo lejos, supone que es Aven que le llama para decirle que ya está aquí y que le abra la verja. Sale empapada de la ducha y pulsa el interruptor automático para abrirle la verja. Se seca rápidamente y se pone lo que había preparado antes de meterse en la bañera.
-Hola, Av. ¿Qué tal?
-¡Hey Sev! Bien, ¿Y tú?
-¡Genial!
-¡SERÁ FANTASTICO!
Se mete en la bañera corriendo mientras le tiemblan las piernas, le encanta cerrar los ojos he imaginar lo que ocurrirá. Coge el champú, no lo a perdido como ella pensaba que pasaría, cierra los ojos mientras se enjabona y piensa en besar a Aven, realmente ella estaba un poco colada por él, pero siempre lo niega rotundamente, a sí misma, pues amigas no tiene, y amigos tampoco, con poca gente se relaciona.
Le encanta Aven por su voz, su voz seria, grave, de hombre cuando realmente tiene diecisiete años, lo encuentra excitante. Pero no sólo y únicamente era por eso, le atraía el que fuera igual que ella, tez blanca, cabello negro, ojos oscuros tanto que parecían negros también. Sus manos perfectas, su cuerpo esbelto, alto como un gigante. Y tan misterioso siempre, ¡Ni tan siquiera le decía lo que ha comido al medio día! Siempre tan misterioso.
Abre los ojos, ya no queda casi jabón, observa su cuerpo empapado, cuerpo de niña piensa. Lo odia y detesta, se odia a sí misma, se tiene asco, no entiende como a podido incluso desvirgarse. Los hombres de hoy en día no tienen gusto. ¿Cómo le puede gustar algo tan asqueroso como ella?
Baja la mirada hacía abajo, y ve que el suelo de su bañera se está tiñendo de rojo, observa su pelo en el espejo, también está rojo, y sus manos se tiñen de un tinte rojizo, como la sangre cuando un cuerpo se vacía, la bañera entera se está llenando de sangre, incluso en su rostro caen borbotones de sangre.
-¿Me estoy muriendo? Se asusta, no sabe qué hacer, coge la toalla y sale corriendo de la bañera y corta el agua, todo está inundado de sangre -¿Qué cojones pasa?
Coge el peine para empezar a arreglarse cuando ya se ha calmado un poco, no entiende qué ha debido de ocurrir para que empezara a ver eso. Piensa, que a lo mejor es una señal, pero desconoce de qué. Ve que todavía tiene jabón en el pelo, y se lo aclara en el lavamanos. Se peina, maquilla, viste y espera impaciente a Aven.
Sale corriendo al jardín, y el cielo de repente se ha vuelto de un tono gris, Aven hoy no va a venir, lo presiente.
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