Seven está en la cama, recibe en su cabeza un mensaje que dice ‘’Novus Dei’’ que parpadea en su mente como las interferencias de una radio. Entre ese mensaje centelleante, ve una habitación, de rejo pero sabe que no es pintura y a lo lejos se acerca una imagen borrosa. Frunce el entre cejo para intentar verlo mejor, pero es en balde.
Está ante ella y sigue parpadeando la frase ‘’ Novus Dei’’ Empieza a ver mejor, parece una niña, tiene la cabeza inclinada hacía abajo, y la levanta lentamente se aproxima un poco más y de los ojos y la boca caen chorros de sangre que la sonríen.
-Yo guardé tu secreto. Todo debe continuar. Mi señora.
La niña se aleja lentamente, Seven intenta despertar pero no puede, la obligan a ver. Aparecen en su radio de vista una imagen de ella, le clavan agujas con tinta que forman un dibujo en su espalda. Una estrella de cinco puntas, dentro de un círculo. Antes de que la mujer gire la cabeza para mirarla Seven se despierta.
Abre bien los ojos y sigue bien a la niña, la blanca niña que está muerta. Toda ensangrentada.
-¡Seven!, ¡Seven! Sale corriendo y se encierra en el baño, abre el grifo para lavarse la cara y cuando mira al espejo ve que está llena de sangre. Proviene del grifo. Se acerca al cristal y mira sus ojos, están blancos. Las paredes se juntan, todo se mueve.
-No, ¿¡Qué pasa!? Dejadme, ¡Joder! Dejadme. Se tira al suelo, la puerta la han roto, sigue viendo a la niña, intenta alejarse de ella pero es demasiado fuerte, le inyecta algo, se duerme.
Abre los ojos, ve borroso, sabe donde está huele a hospital.
-Hola preciosa.
-¿Aven?
-Claro, ¿Quién pensabas que sería?
-¿Qué ha pasado?
-Has tenido un brote psicótico.
-Entiendo…
-Quiero que sepas una cosa.
-Dispara.
-Tú vales más que toda la escoria y gente del mundo. Si tengo que escoger entre salvar al mundo o estar contigo, te escogería a ti. Siempre te escogeré a ti, siempre. Así que, dime ¿Qué te pasa?
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