Seven ha llamado ha Av. Le ha contado lo sucedido en la bañera y lo ocurrido al día siguiente, y éste había aceptado su cita.
Han quedado en su bar favorito y tras recordar viejos tiempos y echarle una buena bronca por haberla abandonado, dejan atrás el bar y dan un paseo por la playa.
El cielo recuperaba un color que Seven odia, las gaviotas abandonan la playa como si un peligro anduviese sobre ellas y del norte venía un aire frío cargado de historias y voces que advertían a Seven pero ella aún no las oía.
Un mes atrás había oído una voz que le pedía ayuda y noches atrás oyó otra que gritaba un largo y ruidoso ‘’No. ’’ Pero aún no estaba capacitada del todo. Al igual que aún no era lo suficiente mayor como para leer la mente, una o dos veces, como las voces.
Siente que es el momento idóneo para hablar de lo que piensa sobre él.
Habían mantenido una relación, pero nunca llegaron a verse cuando estaban juntos y cuando se vieron fue cuando Sev. Le había traicionado y ahora tiene miedo de su rechazo. Lo ve tan puro y dulce que teme convertirlo en un monstruo como ella, suficiente daño le hizo ya como para joderlo ahora. Se da cuenta de que siente más por él de lo que pensaba.
-Aven…
-Dime pequeña. La coge de la mano y le regala una de sus sonrisas. Sabe que le encanta y más cuando la llama pequeña.
-Tengo miedo. Su voz tiembla, y se siente frágil, débil y odia sentirse tan impotente. Pero con Aven es distinto, porque sabe que es fuerte, de lo que es capaz y no la infravalora. Sev. Está demasiado débil, y necesita a Aven, rompe a llorar.
-¿De qué tienes miedo mi niña? Con esa voz tan dulce, envuelve a Seven, y la deja hacer.
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